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Ed Gein



Conoce la historia del carnicero de Plainsfield.

 Ed Gein.
Edward Theodore Gein (27 de agosto de 1906 - 26 de julio de 1984) fue un asesino y ladrón de tumbas estadounidense.

Edward Theodore Gein nació el 27 de agosto de 1906 en La Crosse, Wisconsin. Hijo de un padre alcohólico que desencadenaba grandes peleas en la familia y maltrataba a Gein, y una madre tímida fanáticamente religiosa, Gein creció junto a su hermano mayor, Henry, en un hogar regido por las prédicas puritanas de su madre acerca de los pecados de la lujuria y el deseo carnal. Ed vivió en una granja de 160 acres de la familia en las afueras de Plainfield. Su hermano Enrique fallece en 1944 y su madre en 1945.

Para ese entonces Gein tenía treinta y nueve años de edad, era aún soltero, y vivía aun esclavizado emocionalmente a su madre, la mujer que lo había esclavizado hasta su muerte. Pronto su conducta se modificó en caos volviéndose una persona enferma y desequilibrada. Puesto que se había quedado solo en la enorme casa de campo, atormentado por el fantasma de su dominante madre, cuyo dormitorio guardaba bajo llave, exactamente como había sido cuando estaba viva. Selló el salón y cinco habitaciones de arriba, viviendo en una sola habitación de la planta baja y la cocina.




Desarrolló un interés profundamente enfermo en la anatomía íntima del cuerpo de la mujer y su interés lo alimentaba con enciclopedias médicas, libros de anatomía, novelas de terror y revistas pornográficas.

Se interesó principalmente en las atrocidades cometidas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y los experimentos médicos realizados en los campos de concentración sobre judíos. Pronto se graduó con la extracción y destrucción de cadáveres en descomposición de mujeres por la noche, que se encontraban en los cementerios de Wisconsin.


En otras ocasiones, Gein tomó sólo las partes del cuerpo que más le interesaban, Estaba especialmente fascinado por los genitales femeninos extirpados, los cuales acariciaba y jugaba. Se confeccionó una funda que se sobreponía y después se montaba las pantaletas, y así andaba dentro de su casa.

Rápidamente se convirtió en un recluso dentro de su casa y un marginado en la comunidad, desalentando cualquier visitante de su garaje ya en decadencia y su abandonada casa.

La fascinación de Gein con el cuerpo de la mujer le llevó a buscar muestras frescas. Sus víctimas, eran por lo regular de la edad de su madre, en un rango de 54 años de edad.

Una de sus víctimas fue María Hogan, la cual desapareció de la taberna que atendía por allá de diciembre de 1954 y Bernice Worden, una mujer de unos sesenta años que dirigía la ferretería local, desaparecida el 16 de noviembre 1957.

Frank Worden, sheriff e hijo de Bernice, al enterarse de que habían visto a Eddie Gein en la ciudad el día que su madre desapareció, junto con el alguacil fue a revisar la vieja casa de Gein, conocida por los niños como la casa encantada.


Allí, las evidencias demostraron las horripilantes obsesiones de Gein, las que finalmente habían estallado en asesinatos, y mucho, mucho peor. En la leñera de la granja encontraron el cuerpo desnudo, sin cabeza de Bernice Worden, colgando boca abajo de un gancho de carnicero con un largo corte por la parte delantera del tórax. Su cabeza y los intestinos fueron descubiertos en una caja, y su corazón en un plato en el comedor. Se encontraron las pieles de diez cabezas humanas conservadas, y una pieza larga de piel tomada de la parte superior del torso de una mujer fue encontrada enrollada en el suelo.



Había un cinturón hecho de pezones, una silla tapizada en piel humana, la corona de un cráneo utilizado como un plato de sopa, pantallas de lámparas cubiertas de carne tensada, una mesa apoyada por unas tibias humanas, y una nevera llena de órganos humanos. Los cuatro postes de la cama de Gein estaban cubiertas con cráneos, una cabeza humana colgada en la pared junto a nueve máscaras de piel de sus víctimas femeninas y pulseras decorativas hechas de piel humana.


Los investigadores también descubrieron atónitos un plato sopero hecho de un cuenco de un cráneo, una caja de zapatos llena de genitales femeninos, caras rellenas con periódicos y montados como trofeos de caza en las paredes, y un “chaleco mamario” desollado del torso de una mujer.

Gein más tarde confesó que le gustaba vestirse a sí mismo con ésta y otras prendas de piel humana y fingir que era su propia madre.


Gein fue finalmente declarado culpable de asesinato y por razones de su evidente demencia, fue confinado en varias instituciones psiquiátricas penales, incluido el Hospital Central del Estado de Wisconsin y el Instituto de Salud Mental de Mendota, donde murió de insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984, a los 77 años.



Sus asesinatos viven como la inspiración para los personajes de películas tales como Norman Bates (Psicosis), la masacre de Texas, entre otras

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