H. H. Holmes
Al mismo tiempo que Jack el Destripador aterrorizaba Londres, Norteamérica contaba con su propio demonio psicópata, Herman Webster Mudgett que se hacia llamar a sí mismo H. H. Holmes, fue tan notorio en su época como el asesino de White Chapel, pero mientras la fama del destripador ha crecido con el paso de los años hasta convertirse en una leyenda, el Dr. Holmes por razones inexplicables ha sido prácticamente olvidado.Es el primer asesino serial documentado en Norte America.
El 7 de mayo de 1896, después de desayunar huevos tibios, pan tostado y café, un recluso de nombre Herman Webster Mudgett (hombre de 34 años de edad, delgado, con un bigote muy poblado que apenas deja ver la boca), recluido en la prisión de Moyamensing, ubicada en Philadelphia, es dirigido a su cita con el verdugo. Webster es conducido a la horca; una vez en el patíbulo le dice al verdugo que haga todo con cuidado y se tome el tiempo que quiera para dejar lista la ejecución, sin embargo, al accionar la trampilla Holmes cae pero no se rompe el cuello, teniendo una muerte lenta y dolorosa.
¿Pero qué hizo este hombre para llegar allí?
Apresado por 27 actos de homicidio, Webster nace en New Hampshire, de familia sumamente religiosa, fue sometido a una disciplina rigurosa desde pequeño. Con un padre alcohólico y violento, vive un ambiente familiar lleno de pobreza. En una ocasión sus compañeros de escuela lo obligan a tocar un esqueleto humano.
Hacia 1878 se casa por primera vez, después de gastar la fortuna de su esposa se vuelve a casar en 1887 (sin divorciarse de la primera), repite el mismo esquema en 1894, casándose por tercera vez. Uno de sus tantos amoríos lo lleva a visitar Chicago. Webster se establece en esta ciudad, cambiando su nombre a Henry Howard Holmes.
Una de sus aspiraciones es ser médico, se gradúa en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan. Comienza a trabajar en una farmacia, eventualmente defrauda a la dueña, sin embargo sospechosamente ésta no vuelve a ser vista, Holmes asume la dirección de la farmacia diciendo que la dueña piensa quedarse a vivir en California, es entonces que inicia una serie de fraudes, como cierto tónico milagroso para curar el alcoholismo, estafas con bienes raíces y defrauda a algunas aseguradoras. Todo esto lo lleva a acumular una fortuna con la cual construir un hotel en el centro de Chicago, pensando que con la próxima Feria Universal de Chicago de 1893 podrá hacer dinero, entre otras cosas, ya que se necesitará mucho hospedaje.
Construye el hotel, un edificio enorme que ocupa toda una cuadra y que los vecinos llamaban “El Castillo”. Este edificio tenía ciertas anomalías, en los pisos superiores había muchas irregularidades en el diseño, contenía escaleras que no llevaban a ninguna parte, puertas que terminaban en muros o que solo podían ser abiertas desde afuera, trampillas en el suelo, pisos falsos, cámaras y pasajes secretos que solo Holmes conocía. El lugar era una especie de laberinto. El Castillo estaba siempre sujeto a reparaciones y remodelaciones, cambiando constantemente a los trabajadores encargados de la construcción. Todo esto tenía una finalidad, la cual fue descubierta años después.
Después de completar el hotel, Holmes se dedica a observar a sus huéspedes y empleados, principalmente mujeres, secuestrando de vez en cuando a las víctimas más propicias. Las metía en algún lugar de los pisos superiores para torturarlas. Una peculiaridad del Castillo era el sistema de tuberías de gas, muy extensa, la cual pasaba por todas partes. Holmes tenía cámaras especiales a prueba de sonido donde esperaba que entraran sus víctimas y ahí las asfixiaba con gas. Después, por medio de una trampilla que llevaba a un lugar secreto del sótano, se llevaba los cadáveres para seguir con sus juegos. Los cremaba, otros eran disueltos con ácido, también los arrojaba al drenaje o practicaba la taxidermia con los cuerpos, vendiendo los esqueletos y los órganos a las escuelas/estudiantes de medicina.
Al concluir la Feria Mundial de Chicago, la circulación de gente menguó llevando al hotel eventualmente a la quiebra. Al no poder soportar más a sus acreedores, Holmes huye de Chicago, comienza a viajar por Estados Unidos, haciendo estafas y asesinando a diversas personas, incluso niños. El error que por fin lo lleva a prisión fue al tratar de realizar una estafa junto con un conocido suyo, Benjamin Pitezel, fingiendo la muerte de Pitezel para cobrar su seguro de vida. La treta consistía en ocasionar un accidente con productos químicos en un laboratorio usando un cadáver desfigurado para hacerlo pasar por Pitezel. Holmes acaba matando realmente a Pitezel, cobrando posteriormente el seguro.
Ante la sospecha de un fraude, la agencia aseguradora contrata a una agencia de detectives que existía en esa época llamada los Pinkertons, le dan cacería a Holmes por todo Estados Unidos, al dar con él le pasan la información a la policía y lo detienen el 17 de Noviembre de 1894 en Boston. Holmes trata de zafarse durante el interrogatorio pero finalmente se va jalando la madeja hasta llegar al descubrimiento del Castillo. La policía tarda un mes investigando el lugar, recuperando restos de cuerpos, osamentas, restos calcinados, miembros mutilados. Curiosamente el edificio es consumido por un incendio en el año de 1895 sin que se conozcan las causas del mismo. Actualmente es una Oficina del Correo de Estados Unidos.
Holmes terminó confesando 27 homicidios y seis intentos de asesinato, siendo condenado a la horca.
Hasta el día de hoy no se conoce el número final de víctimas. Se estima que el número está entre 20 y 100, con un máximo de 200.
“Nací con el demonio en mi interior, no puedo obviar el hecho de que soy un asesino así como el poeta no puede evitar la inspiración para componer un canto, nací con el maligno al lado de la cama en que llegué a este mundo como mi protector, y él ha estado conmigo desde entonces.”
Extracto de la confesión de H. H. Holmes
Al mismo tiempo que Jack el Destripador aterrorizaba Londres, Norteamérica contaba con su propio demonio psicópata, Herman Webster Mudgett que se hacia llamar a sí mismo H. H. Holmes, fue tan notorio en su época como el asesino de White Chapel, pero mientras la fama del destripador ha crecido con el paso de los años hasta convertirse en una leyenda, el Dr. Holmes por razones inexplicables ha sido prácticamente olvidado.Es el primer asesino serial documentado en Norte America.
El 7 de mayo de 1896, después de desayunar huevos tibios, pan tostado y café, un recluso de nombre Herman Webster Mudgett (hombre de 34 años de edad, delgado, con un bigote muy poblado que apenas deja ver la boca), recluido en la prisión de Moyamensing, ubicada en Philadelphia, es dirigido a su cita con el verdugo. Webster es conducido a la horca; una vez en el patíbulo le dice al verdugo que haga todo con cuidado y se tome el tiempo que quiera para dejar lista la ejecución, sin embargo, al accionar la trampilla Holmes cae pero no se rompe el cuello, teniendo una muerte lenta y dolorosa.
¿Pero qué hizo este hombre para llegar allí?
Apresado por 27 actos de homicidio, Webster nace en New Hampshire, de familia sumamente religiosa, fue sometido a una disciplina rigurosa desde pequeño. Con un padre alcohólico y violento, vive un ambiente familiar lleno de pobreza. En una ocasión sus compañeros de escuela lo obligan a tocar un esqueleto humano.
Hacia 1878 se casa por primera vez, después de gastar la fortuna de su esposa se vuelve a casar en 1887 (sin divorciarse de la primera), repite el mismo esquema en 1894, casándose por tercera vez. Uno de sus tantos amoríos lo lleva a visitar Chicago. Webster se establece en esta ciudad, cambiando su nombre a Henry Howard Holmes.
Una de sus aspiraciones es ser médico, se gradúa en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan. Comienza a trabajar en una farmacia, eventualmente defrauda a la dueña, sin embargo sospechosamente ésta no vuelve a ser vista, Holmes asume la dirección de la farmacia diciendo que la dueña piensa quedarse a vivir en California, es entonces que inicia una serie de fraudes, como cierto tónico milagroso para curar el alcoholismo, estafas con bienes raíces y defrauda a algunas aseguradoras. Todo esto lo lleva a acumular una fortuna con la cual construir un hotel en el centro de Chicago, pensando que con la próxima Feria Universal de Chicago de 1893 podrá hacer dinero, entre otras cosas, ya que se necesitará mucho hospedaje.
Construye el hotel, un edificio enorme que ocupa toda una cuadra y que los vecinos llamaban “El Castillo”. Este edificio tenía ciertas anomalías, en los pisos superiores había muchas irregularidades en el diseño, contenía escaleras que no llevaban a ninguna parte, puertas que terminaban en muros o que solo podían ser abiertas desde afuera, trampillas en el suelo, pisos falsos, cámaras y pasajes secretos que solo Holmes conocía. El lugar era una especie de laberinto. El Castillo estaba siempre sujeto a reparaciones y remodelaciones, cambiando constantemente a los trabajadores encargados de la construcción. Todo esto tenía una finalidad, la cual fue descubierta años después.
Después de completar el hotel, Holmes se dedica a observar a sus huéspedes y empleados, principalmente mujeres, secuestrando de vez en cuando a las víctimas más propicias. Las metía en algún lugar de los pisos superiores para torturarlas. Una peculiaridad del Castillo era el sistema de tuberías de gas, muy extensa, la cual pasaba por todas partes. Holmes tenía cámaras especiales a prueba de sonido donde esperaba que entraran sus víctimas y ahí las asfixiaba con gas. Después, por medio de una trampilla que llevaba a un lugar secreto del sótano, se llevaba los cadáveres para seguir con sus juegos. Los cremaba, otros eran disueltos con ácido, también los arrojaba al drenaje o practicaba la taxidermia con los cuerpos, vendiendo los esqueletos y los órganos a las escuelas/estudiantes de medicina.
Al concluir la Feria Mundial de Chicago, la circulación de gente menguó llevando al hotel eventualmente a la quiebra. Al no poder soportar más a sus acreedores, Holmes huye de Chicago, comienza a viajar por Estados Unidos, haciendo estafas y asesinando a diversas personas, incluso niños. El error que por fin lo lleva a prisión fue al tratar de realizar una estafa junto con un conocido suyo, Benjamin Pitezel, fingiendo la muerte de Pitezel para cobrar su seguro de vida. La treta consistía en ocasionar un accidente con productos químicos en un laboratorio usando un cadáver desfigurado para hacerlo pasar por Pitezel. Holmes acaba matando realmente a Pitezel, cobrando posteriormente el seguro.
Ante la sospecha de un fraude, la agencia aseguradora contrata a una agencia de detectives que existía en esa época llamada los Pinkertons, le dan cacería a Holmes por todo Estados Unidos, al dar con él le pasan la información a la policía y lo detienen el 17 de Noviembre de 1894 en Boston. Holmes trata de zafarse durante el interrogatorio pero finalmente se va jalando la madeja hasta llegar al descubrimiento del Castillo. La policía tarda un mes investigando el lugar, recuperando restos de cuerpos, osamentas, restos calcinados, miembros mutilados. Curiosamente el edificio es consumido por un incendio en el año de 1895 sin que se conozcan las causas del mismo. Actualmente es una Oficina del Correo de Estados Unidos.
Holmes terminó confesando 27 homicidios y seis intentos de asesinato, siendo condenado a la horca.
Hasta el día de hoy no se conoce el número final de víctimas. Se estima que el número está entre 20 y 100, con un máximo de 200.
“Nací con el demonio en mi interior, no puedo obviar el hecho de que soy un asesino así como el poeta no puede evitar la inspiración para componer un canto, nací con el maligno al lado de la cama en que llegué a este mundo como mi protector, y él ha estado conmigo desde entonces.”
Extracto de la confesión de H. H. Holmes